EPÍLOGO (2004-11-07): Windows es difícil

Han transcurrido varios meses desde que escribí Nuevas experiencias me han llevado a un mayor despecho respecto al sistema operativo M$-Windows, percatándome todavía más de lo fácil y cómodo que es, comparativamente, el Linux.

Felizmente cada día son más las alternativas disponibles en Linux. Una de ellas es la posibilidad de correr un amplio abanico de aplicaciones ventaneras dentro del sistema Linux, gracias no sólo al emulador WINE, sino, sobre todo, a CrossOver, una versión comercial y sumamente amigable de ese mismo emulador que vende la firma CodeWeavers. Por el económico precio de 40 $ --en el momento de escribir esta nota, en noviembre de 2004-- puede Ud correr en ese entorno emulativo, dentro del Linux, programas como: M$-Office, Powerpoint, Lotus Notes, Macromedia Dreamweaver, Adobe Photoshop y AcroBat Reader, IE-Explorer (más plugins, tales como QuickTime y Shockwave), etc.

Todavía no es posible correr en ese emulador el Corel-WordPerfect para Windows --si bien tal carencia se compensa en parte por la disponibilidad del Corel-WordPerfect para Linux (aunque en versión menos avanzada, eso sí).

Subsisten aplicaciones no soportadas por ese y otros emuladores, particularmente los OCRs (programas de reconocimiento óptico de caracteres, para pasar texto escrutado [«escaneado» si Ud prefiere] a texto utilizable como tal --en lugar de meramente volcado en ficheros gráficos).

Hoy por hoy, los OCRs en Linux son muy deficientes. Las firmas comerciales como Xerox no parecen interesadas en vender OCRs para Linux. Algún OCR comercial para Linux --que sí parece existir-- tiene un precio prohibitivo.

Dado lo cual, es normal que uno tenga que acudir al Güindous nativo de Micro$oft. Sin duda muchos lectores tendrán experiencias en parte similares, en parte diversas, debidas a otras prioridades, otras demandas.

Eso nos hace a muchos no renunciar a tener una partición o un disco duro en reserva para arrancar el Güindous (bajo alguna de sus múltiples versiones: 95, 98, 2k, Milennium, alguno de los NTs, XP, etc, frecuentemente incompatibles entre sí).

Es difícilmente expresable la frustración que las sucesivas reinstalaciones del Güindous han provocado al autor de estas líneas --que no es ningún experto, pero que lleva 6 años y medio usando el Linux satisfactoriamente--.

¿Por qué reinstalar? Porque es, aparentemente, el único modo de solucionar las cosas cuando el Güindous se estropea.

El folletín es larguísimo y decepcionante. Contrariamente a los mitos que circulan (de que el Linux desconoce el hardware nuevo, mientras que el Güindous lo soporta bien), las versiones que he usado del Güindous son incompatibles con una gama de hardware actualizado, p.ej. con tarjetas de vídeo frame-buffer. Si intenta uno usar los CDRoms proporcionados por los fabricantes para que el Güindous ofrezca un escritorio accesible (una variedad de colores y una realización gráfica elevada, sin lo cual el entorno gráfico se vuelve difícil de manejar), el resultado puede ser que en adelante el sistema operativo ya no vuelva a arrancar, o a lo sumo lo haga `en modo a prueba de errores' --pero sin resolver absolutamente nada en ese modo--.

Tras 10, 20, 40 reinstalaciones, lo único que se puede hacer es reinstalar por enésima vez y decirle al sistema operativo que la interfaz gráfica es VGA estándar.

He buscado en Google y he hallado miles de SOSes lanzados por usuarios ventaneros abrumados y acongojados por experiencias similares a ésas, algunas veces provocadas por el mismo tipo de tarjeta gráfica.

En Güindous las soluciones siempre son las mismas: reinstalar, ascender a un nuevo Windows, el xxx o lo que sea, o bajar a otro anterior. Cada reinstalación puede durar varios días (habrá que reconfigurar y reformatear el disco o la partición --ocultando como se pueda las particiones no-Güindous), pasar por las horcas caudinas de la lentísima e inacabable reinstalación del sistema operativo y, luego, de las aplicaciones que uno desee correr, salpicadas por decenas y decenas de rearranques, cada vez con el alma en vilo.

Bien. Al final tal vez decida uno cambiar de escrutador (scanner), o cargar un OCR nuevo. ¡Tenga Ud cuidado! A lo mejor el resultado será que se le han metido --en algún directorio (Ud no sabe dónde, ni se lo dirá la documentación disponible)-- unos drivers que hagan imposible seguir usando el viejo escrutador o el viejo OCR, salvo reconfigurando y reformateando el disco duro por vez ene+1, reinstalando de raíz todo el sistema operativo, también por vez ene+1, y reinstalando después todas las aplicaciones ventaneras que desee, por vez ene+1.

Si de nuevo comete un error, o ensaya algún periférico adicional, el resultado será igual: ya las cosas no funcionarán, y habrá de reconfigurar y reformatear de cuajo todo el disco duro por vez ene+2, reinstalar de raíz todo el sistema operativo por vez ene+2, reinstalar las aplicaciones por vez ene+2.

Nuevas semanas o meses habrán transcurrido. ¡Ojalá sea Ud paciente y no haya dado un martillazo a la máquina ni hecho añicos los CDs del sistema operativo! (Al parecer algún usuario despechado ha apuñalado a su PC al sufrir reiterados desengaños como los que relato.)

Los detalles de la amarga saga son, cada uno, una escena de sainete. Mas la lección que extraigo de todo eso es muy simple: el sistema operativo de Micro$oft será lo que quieran que sea: potente, hermoso, majo, fetén, yo qué sé. Lo que no es verdad es que sea fácil. El manejo del Linux es millones de veces más fácil. O por lo menos lo es para un linuxero.

Volvemos a lo de siempre: para un malayo, el idioma fácil de veras es el malayo, mientras que el lapón es dificilísimo; y viceversa.


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Dulce Libertad