págª en defensa de la enseñanza de la filosofía en la Secundaria y el Bachillerato mantenida por Lorenzo Peña

Los estudiantes de Filosofía de la Universidad de les Illes Balears, reunidos en Asamblea el día 11 de Mayo de 2005, deseamos manifestar nuestro desacuerdo con el Anteproyecto de Ley Orgánica de la Educación (LOE), sobre todo en lo referente a: la eliminación de la asignatura de Ética de la ESO, la implantación de la denominada Educación para la ciudadanía en el Bachillerato, y la supresión de las asignaturas de Filosofía I y Filosofía II.

EXPONEMOS:

  1. Que en el preámbulo de la ley se ensalzan como valores de una educación de calidad «ejercer la ciudadanía democrática y adquirir una conciencia crítica responsable», «consolidar una madurez personal y social que les permita actuar de forma responsable y autónoma», y «afianzar los hábitos de lectura, estudio y disciplina, como condiciones necesarias para el eficaz aprovechamiento del aprendizaje, y como medio de desarrollo personal» [1]. Nos parece incoherente que aquellos que se comprometen a dotar a la enseñanza de un espíritu crítico pretendan suprimir la filosofía como asignatura común a todos los bachilleratos. Pretender un espíritu crítico sin la aportación de la Filosofía supone un sesgo en la concepción de la racionalidad que devalúa la dimensión práctica y comunicativa.
  2. Consideramos, y de hecho así lo recoge la Constitución Española en su artículo 27, que es un derecho fundamental de todos los ciudadanos recibir una educación que tenga «por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales» [2]. Nos gustaría destacar que conceptos como 'principio democrático', 'libertad fundamental' y 'derecho fundamental' son objeto de estudio filosófico, especialmente en el campo de la filosofía política y moral o de la filosofía del derecho. La misma noción de 'ciudadano' da lugar a profundos estudios y reflexiones en el seno de estas disciplinas. Siendo así, parece adecuado suponer que unos estudios de Ética, impartidos por especialistas, son el referente ideal para dotar a los alumnos del grado de conocimientos precisos para una reflexión crítica, base fundamental de la cultura democrática.
  3. En lo que se refiere a la intención de implantar la asignatura de Educación para la ciudadanía nos parecería un despropósito que no se la dotase de los contenidos adecuados -los cuales resultan ahora un tanto oscuros- y del profesorado con la cualificación acorde a los mismos. Todo ello con el riesgo de caer en el adoctrinamiento dogmático carente de toda crítica reflexiva. Si el objetivo de la educación y de la nueva asignatura es formar ciudadanos capaces de, entre otras cosas, «conocer, valorar y respetar las diferentes culturas y la igualdad entre hombres y mujeres» o «ejercer sus derechos en el respeto a los demás, practicar la tolerancia y la solidaridad entre las personas y grupos, ejercitarse en el diálogo afianzando los valores comunes de una sociedad plural y prepararse para el ejercicio de la ciudadanía democrática» [3] no vemos la necesidad de implantar una nueva materia cuando la adecuación de los estudios de Ética cumpliría con creces estos objetivos. Ya que el profesorado de Filosofía ha recibido una formación global sobre ciencias sociales, filosofía política y moral, debería ser esta el área docente encargada de afrontar con garantías una educación en valores capaz de formar una ciudadanía activa y crítica.
  4. Resulta paradójico que, mientras el Anteproyecto de Ley Orgánica de Educación pretende ubicar las asignaturas de Filosofía únicamente en el bachillerato científico-técnico, la reciente propuesta del Consejo de Universidades para la reforma de la educación superior, sitúe la filosofía en su lugar habitual: el área de Humanidades. Esta contradicción pone en entredicho la existencia de una visión global del sistema educativo, pues nos encontraríamos con la curiosa situación de que para estudiar filosofía los alumnos deberían cursar el bachillerato científico-técnico. La Filosofía debería ser una materia común a todos los estudios de bachillerato, del humanístico y artístico, porque supone uno de sus ejes centrales, y del científico-técnico, porque la dimensión crítica del discurso filosófico no se puede obviar tampoco en el seno de la ciencia.

La expansión de la racionalidad orientada a los fines del capitalismo global, en detrimento de otros tipos de racionalidad comunicativa, conduce a una consideración de la enseñanza como fábrica-escuela, a la de los alumnos como futura mano de obra y deja de lado la dimensión crítica necesaria para la formación de ciudadanos libres en un sistema democrático, introduciendo criterios ajenos a los objetivos deseables para un sistema educativo y provocando así la mercantilización del saber. El Anteproyecto de la LOE y las propuestas concretas que mencionamos en este manifiesto no contemplan esta problemática. Más bien, a medio y largo plazo, podrían agravarla.

Es por eso que SOLICITAMOS:

  1. Que se mantengan las asignaturas de Ética y de Filosofía I y II como obligatorias, en sus diversas formas, en ESO y en Bachillerato, respectivamente.
  2. Que su carga lectiva sea equiparada a la de las demás materias instrumentales, ya que la formación de la persona debe ser totalmente prioritaria en los planes educativos.
  3. Que no entendemos la necesidad de sustituir la asignatura de Ética por la de Educación por la ciudadanía, que, en todo caso, debería ser competencia exclusiva del área de Filosofía.

En Palma, 11 de mayo de 2005


[1] Todas las citas de Anteproyecto de Ley Orgánica de la Educación. Artículo 33







[2] Constitución Española. Artículo 27.2







[3] Ambas citas de Anteproyecto de Ley Orgánica de Educación. Artículo 23.


mantenida por:
Lorenzo Peña
laurentius@lorenzopena.es
Director de JuriLog
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